“El problema de nuestro tiempo es que el futuro no es lo que solía ser” (Paul Valéry)

 

Estamos inmersos en un cambio de era que se estudiará en los libros de texto de las futuras generaciones. Ya le llamemos Era Digital, Era de la Información o de cualquier otra manera, es evidente que la revolución tecnológica está cambiando los cimientos de la sociedad en la que vivimos y además lo hace a una velocidad infinitamente mayor que otros grandes cambios que haya experimentado la humanidad.

La comunicación no solo no es la excepción a esta norma, sino que es una de las disciplinas que se enfrenta a mayores cambios y, por tanto, retos. Nunca los consumidores dispusieron de tanta información ni de tanto poder de ser escuchados por otros consumidores. Una mala reseña o un tuit o post negativo pueden hacerse virales y perjudicar a cualquier empresa, organización o Gobierno. Así que ahora no sólo hay que pelear por captar la atención del consumidor, sino también -y especialmente- por lograr que recomiende nuestro producto o servicio, que tenga una opinión positiva de nuestra empresa u organización o que al menos no se convierta en un hater. Y eso cambia de forma absoluta las reglas del juego de la comunicación.

Hoy en día asistimos a 4 cambios en aspectos fundamentales del modelo comunicativo que dan lugar a una nueva forma de encarar y entender la comunicación: 

  • Cambios en el emisor: las empresas ya no tienen el monopolio de su propia información. Ahora los clientes y grupos de interés opinan y son escuchados por otros clientes y grupos de interés. Y además en muchos casos -casi siempre, diría yo- gozan de mayor credibilidad que las propias compañías y organizaciones.
  • Cambios en el receptor: su tiempo es importante y la oferta informativa y lúdica se ha multiplicado. Por ello demanda información útil y fácilmente accesible. Y, sobre todo, exige transparencia y veracidad. Valora la confianza.
  • Cambios en el mensaje: la saturación de mensajes lleva a tener que innovar y explorar formas que capten la atención del consumidor. Y a acercarse a él con contenidos originales y relevantes para sus intereses.
  • Cambios en el canal: hoy estamos inmersos en la multicanalidad. Hay tantos posibles emisores como personas y se relacionan en todas las direcciones. Los medios tradicionales pierden peso frente a gigantes como Google, Facebook o Twitter. Ya no son necesarios para llegar a los consumidores o grupos de interés. Donald Trump pudo ganar unas elecciones con gran parte de establishment mediático en contra. Su medio más potente para conectar con el público es Twitter.

Estos cambios implican una transformación total en la comunicación de las organizaciones y empresas, con sus retos, amenazas y oportunidades. Y, como es obvio, si todo cambia no podemos seguir haciendo lo mismo que hace años. Comunicar, más que nuca, es INNOVAR.